Tener un hijo


Una de las mejores experiencias en la vida es sin duda tener un hijo sin embargo, el nacimiento traerá consigo una gran responsabilidad que impactará directamente tu vida y la de toda la familia. Esta es una etapa que deberás vivir y disfrutar al máximo sin olvidar pensar en el notable aumento de los gastos que la llegada del nuevo integrante representará en el bolsillo familiar.


El impacto económico que conlleva el tener un hijo, podría para muchas parejas representar un problema. Por eso es importante que desde ahora tomes consciencia y consideres las siguientes recomendaciones para administrarte mejor y reducir gastos en esta nueva etapa en tu vida.


  • Es importante hablar con tu pareja respecto a la administración de los gastos del nuevo integrante de la familia y para empezar te sugerimos hacer un presupuesto familiar contemplando los nuevos gastos:

  • Calcula los ingresos totales del hogar: suma tu sueldo y el de tu pareja, los bonos, incentivos, etc. Réstale todos los gastos fijos por ejemplo: el pago de la renta o de la hipoteca, los servicios, los gastos de alimentación, etc. No olvides destinar una cantidad para los gastos variables y una fija para el ahorro

  • ¿Qué resultado obtuviste? Si tus ingresos son iguales o menores que tus gastos: deberás buscar la forma de ajustar tu presupuesto para poder pagar los gastos del nuevo integrante de la familia.

  • Si tus ingresos son mayores que tus gastos: estás en el escenario ideal, tienes posibilidad de poder hacer frente a imprevistos y afrontar los gastos que conlleva el tener un hijo.

Una vez que hayas hecho consciencia de los cambios que debes realizar en tus gastos habituales, te recomendamos hacer la lista de los gastos que vendrán desde que sabrán que van a ser padres hasta cuando nazca, con el fin de que tengas un listado de ellos y no te tomen por sorpresa: si el alumbramiento va a ser en un hospital público o privado, los estudios, medicamentos, la ropa de embarazo para la futura mamá, la cuna, la ropa del bebé, la comida, los pañales, las visitas al médico y todas lo demás cosas que necesitarán cuando nazca. Deben pensar cómo adaptar su presupuesto para acomodar las necesidades del bebé y considerar empezar a ahorrar desde ahora.

Como padre tienes una gran responsabilidad por delante, pues eres su ejemplo a seguir ¡sé su héroe! Pero, si a quien admira gasta sin control y debe a todo mundo, cuando crezca tu hijo pensará que eso es lo correcto. ¿No quieres eso para él, verdad?


Para ser un buen padre no es necesario que le des una gran cátedra sobre el tema, un buen ejemplo será suficiente. Es común que como padre tengas dudas, miedos, prejuicios (quizá pienses que las finanzas son aburridas o complejas) y no sepas cómo tratar el tema con tu hijo, pero ojo esto no debe ser una excusa para que esto se convierta en una especie de tabú familiar. Existen temas complejos como la desigualdad y la escasez, a los que tu hijo tarde o temprano se enfrentará, por ejemplo: al dilema de que no se puede tener todo, porque los recursos con los que contamos son limitados y nuestras necesidades ilimitadas. Enséñale a establecer prioridades. ¡No evadas el tema!, mejor toma nota de la información que te dejamos más adelante.

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Tu hijo es más listo de lo que crees, recuerda que durante la infancia los niños parecen esponjas, aprenden todo lo que sucede a su alrededor. Desde los tres años ya puedes enseñarle aspectos básicos del dinero (cuánto vale cada moneda que le das, para qué le alcanza) y qué es el ahorro (puede comenzar a ahorrar en una alcancía).


En edades más avanzadas puedes crear y fomenta dudas en él sobre los propios temas que quieres que aprenda (pregúntale por ejemplo qué le gustaría hacer a la edad de sus abuelos).

Si eres de esos padres que siempre buscan cumplir los caprichos de sus hijos, ten cuidado pues crecerán creyendo que la vida es fácil (no requiere esfuerzos) y que lo merecen todo. Como padre quieres darle todo a tu hijo, sin embargo, deberás tener cuidado de no darle un buen ejemplo.


Los expertos recomiendan que cuando tu hijo aprenda a decir la palabra “quiero” y asocie el concepto a la manera de satisfacer un deseo, sea el momento adecuado para explicarle la diferencia entre querer y necesitar


El dinero cuesta, hay que inculcarle el valor del mismo, que conozca cómo se obtiene y lo que significa. Hazle saber que el dinero no lo es todo, es un medio para satisfacer sus necesidades, no un fin y que por cuestiones económicas no siempre le puedes comprar todo lo que quiere.


La recomendación es que cuando tu hijo te pida algo, no le digas “no hay dinero”, mejor enséñale a ahorrar para alcanzar sus metas.

Hay quienes piensan que la escuela es la encargada de toda la educación de los niños: falso. Es fundamental en el desarrollo integral de tu pequeño, sin embargo, es necesario complementar dicha formación en casa. Hablando de educación financiera, debes intervenir, teniendo en cuenta que no se trata de un tema muy visto en la escuela.

Si tu hijo ve que siempre que llega la quincena se dan vida de ricos y que al final de ésta andan sufriendo con los gastos, crecerá creyendo que hacer un presupuesto no es importante y que ahorrar es algo muy complicado.


Cuando uses la tarjeta de crédito para pagar, explícale en que consiste este producto financiero, indicándole que es un préstamo que tendrás que pagar con intereses.


También cuando retires dinero del cajero automático, comentale que es una maquina donde puedes retirar el dinero que ganaste con tu trabajo, que no es una caja mágica.


Ten presente que tu hijo está expuesto a diversas fuentes de información, no siempre precisas: la televisión, el internet y hasta sus compañeros de clase. Platicar con él te ayudará a identificar y a corregir algún aspecto negativo en su aprendizaje.

Los niños se dan cuenta cuando las cosas no andan bien, si tienes problemas financieros o deudas, lo primero que tienes que hacer es tranquilizarte, para no transmitir ese malestar y preocupación a tu hijo.


La intención no es “tapar el sol con un dedo”. Habla con tu hijo haciendo hincapié en que las cosas van a mejorar, y que él puede ayudarte a ahorrar, ¡involúcralo! por ejemplo, cuidando sus útiles escolares y llevando lunch preparado en casa, en vez de gastar dinero en la escuela ¡es más económico!

Darle su domingo crea una oportunidad para fomentar en tu hijo los conceptos de ahorro y presupuesto: aconséjale no gastar todo, sino guardar una parte para alcanzar metas futuras y enséñale a hacer su presupuesto para la semana, que comience registrando cuánto le das y cuáles son los gastos que comúnmente realiza. Procura no ser inconsistente con el pago, de preferencia dáselo como su nombre lo dice: en domingo, o lunes para que aprenda a administrar su dinero en la semana.

Los hijos crecen y los gastos también, seguramente mientras buscas lo mejor para tu familia puedes llegar a comprar más de lo necesario. Esto podría convertirse en un problema. Por esta razón, lo mejor es contar un plan financiero para poder ofrecerle siempre lo mejor sin necesidad de endeudarte.


Aunque parezca algo lejano, pensar en la educación de tus hijos es algo que debes planear. No importa si va a una escuela pública o privada, los gastos siempre estarán presentes. ¿Has pensado cómo podrías garantizar su formación en caso de que fallezcas o si quedaras incapacitado total o parcialmente?


Anticiparse a la ocurrencia de eventualidades a través de un seguro de vida o educativo es una forma de proteger el porvenir de tus hijos.

Con educación financiera te preparas para un mejor futuro